jueves, 12 de enero de 2017



Cuando vivimos en piloto automático,
parar es un ejercicio de humildad.

Si paso la mañana delante del ordenador, contestando mails, programando reuniones y editando vídeos,
redactadno etc etc.... llega un momento que mi cuerpo me dice: PARAAAAA!!!!.

¿como lo sé? mi espalda empieza a moverse en la silla de forma rara, no puedo continuar sentada, me retuerzo en la silla, Esta es la primera señal. Si no hago caso, empiezo a notar....

Y cuando menos me lo espero,
el cuerpo me susurra... y he de escucharlo,

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